¡Qué calidad y ni qué pixel muerto!

Cuando me regalaron la pantalla plana de mi ordenador me llevé un disgusto enorme porque justo en el centro había un puntito que se iluminaba en verde. Es un punto minúsculo, pero como está justo en el centro, cada vez que ves una película o serie los ojos se te van ahí y no hace más que molestar.

Dead subpixel – imagen de Wikipedia

Lo primero que pensé fue que la pantalla estaba defectuosa y que había que cambiarla. Cual fue mi sorpresa al averiguar que los criterios de calidad de los fabricantes de pantallas varía muchísimo. Algunas marcas te lo dicen claramente, mientras que otras te dicen que lo hagas mirar a ver qué pasa (y te avisa que puede que te cobren). En mi caso, una BENQ, el criterio admisible es de tres (¡¡tres!!) píxeles muertos por pantalla. Así que «ajo y agua».

Lo siguiente es, ¿esto tiene arreglo? Y San Google te ofrece varias páginas en las que buscar (y probar) soluciones.

La primera que probé fue similar a ésta, y nada, todo sigue igual.

Buscando durante la mañana otras opciones descubrí, gracias a Emezeta, que lo mío ni siquiera era un caso de píxel muerto (ooooohhhhh…. ya no podré llevar esta camiseta freak, con la ilusión que me hacía…) sino de píxel atascado o caliente (¿habrá camiseta cachonda a costa de los hot-pixels?, hummmm). Aún no sé cual de las dos opciones es la mía, pero os lo diré. Y dí con algunas posibles soluciones que aún no he probado pero que pienso intentar esta noche cuando llegue a casa.

El caso es que, con lo que me gustan a mi los temas de calidad (y las cosas de calidad, no os creáis), me sorprende lo amplio del criterio para las compañías fabricantes de pantallas a la hora de decir si un producto es correcto o no. Lo más alucinante es que existe una propia norma ISO, concretamente la ISO 13406-2 (aquí la explican bastante bien), que nos dice que las pantallas se clasifican en «clases» y que para cada una de éstas hay un número concreto de píxeles muertos permitidos y que el fabricante debe indicar a qué clase pertenece su producto.

Y ahora yo me pregunto, ¿y donde se supone que está la clase a la que pertenece mi pantalla? Desde luego a simple vista no lo encuentras y creo que como consumidora debería tener esa información y al menos saber así a que atenerme.

Si tenemos etiquetado energético de electrodomésticos o la etiqueta «Energy Star» para equipos ofimáticos, también nos podrían poner en alguna parte visible un «Clase II» (que sería lo que veríamos la mayoría de las veces). En fin, que me toca intentar arreglar por mi misma mi pantalla o me quedaré bizca de que tanto se me vayan los ojos hacia un puntito verde.  [Asociación mental ida-de-pinza-sin-nada-que-ver: Ese pequeño punto azul pálido] Ya os contaré qué tal me va.

Por cierto, si no tenéis problemas con el inglés os recomiendo que le echéis un vistazo a este artículo. Entre otras cosas tiene unas tablas con varias marcas donde aparecen sus límites a la hora de decidir si te cambian o no la pantalla o si consideran que está bien.

 

Actualización (febrero 2013): Nada. Lo he probado todo y ahí sigue mi pixelillo verde tocando las narices. De todas formas al final ya ni lo ves porque te acostumbras a su presencia. Os deseo más suerte a vosotros.